Los niños de la perversión.

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En este 2022 volvimos a escuchar la palabra «secta» en las noticias nacionales, pero todo parecía ser un déjà vu. La organización desbaratada funcionaba en una institución denominada Fundación Escuela Argentina de Yoga, con asiento en Buenos Aires, una pantalla para la estafa, corrupción de menores, mayores y promoción de la prostitución. El líder de esa secta era Juan Percowicz, un viejo conocido de la justicia argentina porque en 1993 fue imputado, junto a varios de sus colaboradores, por los mismos delitos. Esa causa añeja naufragó ante su enorme poder e influencias, incluso organismos de derechos humanos salieron a defender a Percowicz y su séquito. No fue el único caso donde aparecieron menores en peligro detrás de una organización filosófica o religiosa. En el mismo año 1993, otra secta sale a a luz con ramificaciones internacionales y con una de sus sedes en Rosario.

En agosto de 1993 siete allanamientos impactaron en los titulares periodísticos porque otra secta había sido descubierta. Los operativos se realizaron sobre las sedes de una organización cristiana llamada a nivel local «La Familia» o «Los Niños de Dios». Ese grupo se había originado en Estados Unidos pero aparentó su disolución en los 70 para seguir operando en las sombras. En el mundo ha tenido varias identidades como Children of God, Family International, Family of God o Family Care Foundation.

En realidad el sistema de creencias no depende más que de las propias elucubraciones del líder de los Niños de Dios, siendo él la regla y medida de todo. Al igual que otras sectas de origen cristiano, los Niños de Dios son apocalípticos, milenaristas y habían anunciado el fin del mundo para 1993. Poseen un fuerte resentimiento contra todos los aspectos del ‘sistema’: sociales, políticos religiosos y familiares. Todas las normas de vida practicadas por el sistema deben ser destruidas, para así poder construir una sociedad revolucionaria de absoluta ‘libertad’. Creen en la Biblia como la palabra de Dios, pero interpretada en forma totalmente personal, según las visiones de Moisés David, que propaga a través de sus cartas. El tema central de la predicación es el amor; comienzan basándose en los evangelios, para culminar en un verdadero culto a la sexualidad. Lic. José María Baamonde

Habían llegado a Argentina en 1972 y se registran como un culto. En 1977 por resolución oficial se cancela el número de registro correspondiente que habían tramitado en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Cultos, no quedando autorizados a desarrollar actividades en Argentina, pero, al igual que en otras partes del mundo, continuaron en la clandestinidad.

David Brandt Berg (1919–1994), el padre David, profeta y líder de la Secta «Los niños de Dios» o «La Familia».

La justicia llegó a las puertas de esas casas por diversas denuncias pero la más grave era corrupción de menores. Bajo el lema “todo lo que se hace ante los ojos de dios está bien y es amor” esta secta tenía recluidos a 268 menores de edad en todo el país. Treinta y cinco niños estaban en Rosario junto a diecisiete mayores de edad algunos de los cuales eran sus padres. ,Estaban alojados en un suntuoso chalet de Fisherton, un distinguido barrio del oeste de Rosario alejado de las zonas más pobladas.

El chalet de barrio Fisherton, Rosario, en donde en 1993 fue encontrada una célula de la secta «La Familia» o «Los niños de Dios»

Cuando la policía atravesó el parque que separaba la vivienda de la calle, encontró argentinos, uruguayos, paraguayos, chilenos, peruanos, norteamericanos, alemanes y brasileros. Una comunidad separada de la sociedad que la rodeaba, lejos de miradas indiscretas.

Los niños no iban a la escuela formal, se les enseñaba en esa casa. Eran adoctrinados con bibliografía que mezclaba cuestiones religiosas con principios destructivos y perversos para la mente infantil. Según las denuncias, los preparaban para los abusos sexuales y la prostitución dentro del propio grupo o con personas ajenas, a la vista de sus padres.

Un ex miembro de la secta difundió imágenes del material de estudio orientado a los niños que circulaba en los noventa por las sedes locales de esa organización.

Un diario de Rosario tituló en ese 1993 “una siniestra organización desplegaba sus tentáculos sobre los rosarinos”, pero nadie imaginaba que semejantes aberraciones iban a quedar impunes en la justicia.

Al frente de la organización en Rosario estaba Daniel Eberett Suttin, un brasileño que simuló no saber hablar en castellano frente a la policía que lo interrogaba. Un abogado rosarino se abocó a la persecución de esta secta y relataba a los medios la peligrosidad de estas organizaciones. El doctor Héctor Walter Navarro fue un mediático en esos tiempos en donde la denuncia reclamaba justicia.

El líder siempre es un psicópata. Los psicópatas, hay que tenerlo en claro, no son dementes como los psicóticos. El psicópata es una persona intelectualmente normal, que no está loco pero tiene un déficit emocional gravísimo, que es el no poder sentir empatía. No se conduele por el dolor o el sufrimiento ajeno ni establece relaciones afectivas con nadie. Utiliza a las personas como piezas de ajedrez a las que pueden hacer ascender, como el peón pasa a ser dama, o pueden descartar en una jugada para conseguir una mejor posición. Es lo que ocurre siempre en las sectas. Las personas mientras sirven son utilizadas; cuando se enferman, se incapacitan o tienen algún problema son, sin escrúpulo alguno, dejados de lado.  Recuerdo un caso en Mendoza de una familia que tenía un hijo inválido y Los Niños de Dios se lo hicieron dejar en una institución del Estado porque ellos eran un ejército en marcha y tenían que estar todo el día predicando la palabra del señor y salvando almas por el cercano fin del mundo. Algo similar pasó con los Defensores de Cristo en México, cuando una de sus adeptas preferidas se accidentó y quedó discapacitada. La abandonaron absolutamente”. Dr. Héctor Navarro en https://www.elciudadanoweb.com/un-cazador-de-pseudodioses/

El caso de Rosario estuvo atendido en el juzgado de la jueza Liliana Puccio. Los expedientes fueron robados 3 años después, en agosto de 1997. La causa derivó en la pérdida de la custodia de los niños pequeños por parte de sus padres miembros de la secta pero todo fue momentáneo.

La causa también se tramitaba a nivel nacional. El juez federal de San Isidro Roberto Marquevich abrió una investigación por corrupción y ocultamiento de menores, reducción a la servidumbre y asociación ilícita. Pidió la captura de su líder internacional David Berg, pero murió prófugo al año siguiente, en 1994.

Los medios de comunicación expusieron las perversiones de la secta, pero la justicia diluyó esas denuncias. Las coberturas televisivas fueron la inauguración de los primeros canales de noticias por cable del país.

La causa continuó hasta 2004, hubo fallos divididos y hasta un pedido de juicio político al juez. Finalmente se ordenó la libertad de los detenidos, la restitución de los menores y la devolución de los bienes confiscados.

Oscar Eduardo Lause, un ex miembro de la secta, se dedicó durante algunos años a revelar los secretos de la organización. Señaló que «Reducen a la servidumbre a sus miembros, prueba de ello es que en los allanamientos realizados por el Juez Marquevich se encontraron formularios con permiso de salida que debían hacerse con varios días de anticipación y preguntaban si era imprescindible que lo haga el titular del permiso o si el trámite o la salida la podía hacer otra persona. A los niños se les empieza a castigar desde los 6 meses de edad, aconsejan en las «Buenas Nuevas» tener siempre a mano un palo, pegarles con un mango metálico de matamoscas, vara o correa, darles manotazos, bofetadas en la boca o mejilla, pellizcos en el hombro, se les recomienda darles con el mando del matamoscas y que este sea de metal para que no se rompa, pegarles en la cabeza con los nudillos, palmadas en el trasero. Cuenta en forma aleccionadora como a Mary Dear, una beba de 10 meses le pegan con los nudillos en la mollera. Posteriormente agudizaron sus métodos con el Plan Víctor, en castellano «vencedores», a tal punto que crearon correccionales clandestinos en donde se les impone a los menores aislamiento, ley de silencio, castigos corporales…»

«Los niños de Dios» y «La Familia» son el antecedente de una organización que se presenta como cristiana llamada «La Familia Internacional», vigente en el mundo. En su web recuerdan a David Brandt Berg, conocido también como el padre David, fundador del grupo y que murió estando prófugo de la justicia argentina.

«La familia» o «Los niños de Dios» triunfaron en los tribunales gracias al paraguas protector de su enorme poder político y la fidelidad de muchos de sus miembros. El escandalo los obligó a irse de Argentina pero no desaparecieron. Cada tanto trascienden denuncias vinculadas a esa secta en distintos lugares del mundo donde parece sobrevivir entre las sombras de la perversión.

CLAUDIO SCABUZZO @laterminalblog

Algunas fuentes consultadas:

Sitio de Oscar Eduardo Lause https://www.oocities.org/elause/indexar.htm

Red de Apoyo para Víctimas de Sectas https://victimasectas.com/NinosDeDios/Glosario.html

Documento LOS NIÑOS DE DIOS / LA FAMIIA del Lic. José María Baamonde

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