El santo filicidio. (Parte 3 de 3)


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La historia de Jesús recoge crónicas sobre el filicidio que representan atrocidades incomprensibles “aptas para todo público”. La iglesia judeo-cristiana no hace más que trasladar al presente conductas filicidas ancestrales para perpetuarlas en forma encubierta. Si bien condena la muerte sin la intervención de dios, el propio dios deja morir a su hijo en manos de sus otros padres, los hombres (dice ser también “el hijo del hombre”) y las historias de genocidios y sacrificios divinos salpican por doquier la crónica religiosa. Comparto con ustedes la experiencia de leer e interpretar el viejo libro del Dr. Rascovsky “El filicidio” desde mi inquietud periodística. La última entrega.

Ultima parte de estos artículos ya publicados:  El santo filicidio  (Parte 1 de 3) http://wp.me/paaG4-13j y El santo filicidio (parte 2 de 3) http://wp.me/paaG4-19m

Se afirma que “el hijo del hombre ha sido traicionado» y Arnaldo Rascoksky considera que su sacrificio fue para denunciar ese sistema filicida pero lo condenan.

libro EL FILICIDIO DE RASCOVSKY triptico¿Quién puede traicionar al hijo del hombre sino sus padres? Consideramos que las condiciones creadas por la sociedad humana e intensificadas por la concepción monoteísta conspiran contra toda ‘unidad positiva parento-filial y han llevado a la jerarquía del poder constituida por la generación de los padres a instituir sistemas permanentes de sacrificio de los hijos.

Jesús denuncia muy especialmente estos sistemas. Su holocausto es la viva demostración de esa denuncia. Por otra parte, el Nazareno revela su cabal conocimiento del significado del sacrificio filial en el desarrollo socio-cultural, y busca la solución en la exaltación del amor.

 El hijo abandonado.

¿Porqué me has abandonado? Le pregunta Jesús a su padre invisible mientras se retorcía en la cruz. Allí estaba alguien poderoso que supo hacer milagros pero que no podía evitar la tragedia de la tortura, hijo dilecto del creador, pero sin poder evitar el desenlace. Más allá de los simbolismos, el sangriento relato revela otros aspectos para la óptica de Rascovsky.

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Fragmento de la pintura de Matthias Grünewald, el altar de Insenheim.

La última frase de Jesús en la cruz es también una exhortación contra el abandono de los hijos en todas sus formas. Es un llamado a la consideración del niño y al respeto de sus necesidades de identificación basadas en la presencia y asistencia amorosa de sus progenitores, quienes menosprecian la necesidad de afecto de sus hijos.

¿Porqué me has abandonado?»

La queja en el instante postrero revela la imposibilidad de vivir sin la presencia amorosa de los padres y lo indispensable que resulta en los momentos iniciales de la vida y también, aunque en menor medida, en los otros. EI abandono en sus diversas variantes, tan destructivo para el niño. se manifiesta incluso cuando la presencia de los padres está desprovista de la protección afectuosa o del mínimo amor necesario para vivir.

Negar el filicidio.

El pasaje bíblico del diálogo de Jesús con el apóstol Pedro (su sucesor y heredero de la doctrina) es la muestra que Rascovsky observa sobre la sistemática negación del filicidio o la amenaza permanente de matar a los hijos.

 «Antes que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres»

Aquí Jesús muestra su extraordinaria comprensión del mecanismo más difundido para mantener el sacrificio de los hijos: la negación. Así, el proceso no se hace consciente y puede perpetuarse indefinidamente. La negación sirve entonces para ocultar el maltrato y la mortificación de los hijos y, por consiguiente, para realizarlos.

La contradicción y la verdad.

Si bien la doctrina religiosa busca valorizar a los hijos, los hechos demuestran lo contrario. Existe una oculta intencionalidad agresiva de los padres pese a que buscan proteger y amar a sus hijos. Parece que en el fondo de la naturaleza humana existe una actitud homicida contra lo que queremos que en miles de años de civilización no hemos podido revertir.

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Otra escena del famoso Altar de Inseheim de Matthias Grünewald. Las atrocidades humanas de todos los tiempos.

Observen que quienes gobiernan o toman decisiones que atentan contra la vida de sus congéneres también condenan a sus hijos y al porvenir de millones. Por dinero o poder son atropellados los propios hijos y los hijos ajenos, como algo inevitable. La esencia humana más primitiva reaparece para demostrar que nada ha cambiado, pese al avance tecnológico y científico del presente.

Es decir, muchos males de la actualidad estarían minimizados si solo los padres protegieran a sus hijos sin amenazarlos de muerte con sus decisiones. Ni la guerra, ni la delincuencia, ni la droga, ni el hambre o el abandono hubiesen sido tan devastadores del presente y futuro de millones de niños.

“Dejad que los niños vengan a mí»

Ya hemos dicho que Jesús preconiza la valoración de los hijos. Es otro aspecto de su lucha antifilicida y de su prédica antigerontocrática, que resulta aún más explícita cuando plantea los problemas de la lucha generacional.

“Amaos los unos a los otros»

He aquí la fórmula más valiosa para la superación del odio. Pero la capacidad de amar se basa en la primitiva relación del niño con la madre y el padre, en la complacencia por el hijo amado. De esta complacencia surgirá el modelo que habrá de estructurar el amor del niño, del hombre, de los hombres.

Finalmente, la condición homicida del padre también está explícitamente señalada:

«Vuestro padre es el diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre, Este fue homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, porque no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira.»

Surge entonces un interrogante acerca de esta reflexión sobre la mentira del padre homicida: ¿no constituye acaso una alusión directa a la negación de las actitudes agresivas contra los hijos?

Pero el reconocimiento de este aspecto negativo del padre no implica desconocer la existencia de las tendencias amorosas y protectoras que hacen posible la vida y la felicidad de los hijos.

Claudio Scabuzzo
@laterminalblog
Fuente:
El Filicidio de Arnaldo Rascovsky, primera edición 1973, Ediciones Orión, Buenos Aires.
Imagen principal:
La Adoración del nombre de Dios o La gloria (1772) de Francisco  de  Goya http://es.wikipedia.org/wiki/La_adoraci%C3%B3n_del_nombre_de_Dios

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