Rosario en bicicleta.


Estos artículos nacen del tiempo libre que dispongo, el que no es suficiente. He notado que la crisis económica que esta rondando la atmósfera argentina me ha sumido en mayor trabajo y preocupaciones. La realidad cotidiana me alejan de estos artículos y de muchas otras cosas, pero intento volver. Pero en fin, busco ese tiempo libre enfrentando a la adversidad y cuando lo encuentro lo cedo a una bicicleta.

El esfuerzo vale la pena y la experiencia es inolvidable.

Amo automóviles, las motocicletas, el ruido de motores y el olor a combustible. He expresado ese sentimiento en artículos de este sitio y en mi participación en blogs especializados que elevan mi adrenalina con sus máquinas sorprendentes. Soy conciente del divorcio entre el motor a explosión y la calidad de vida en las ciudades, el futuro de esa industria será muy distinto al presente y esa gestación sucede en este tiempo.El horizonte se puebla de ideas y realidades: Autos eléctricos, ciudades libres de vehículos, mejores transportes público, mayores áreas naturales que enfrenten al cemento y el retorno de la centenaria bicicleta como vehículo ecológico y alternativo. Todo eso se plantea hoy en detrimento del boom de ventas de autos nuevos.

Con la idea de favorecer mi salud y sumarme al mundo que viene, me monté en una bici que me costó 5 veces menos que un ciclomotor, pero que no gasta combustible. Alejado de la red, del celu y de los medios masivos, avanzo sobre el pavimento recuperando los sonidos olvidados de una ciudad inquieta.

Rosario en bici.

Rosario es una  ciudad como otras del mundo en desarrollo.  Con 1.2 millones de habitantes sin contar las ciudades satélites, es uno de los conglomerados urbanos mas importantes de Argentina, con todos los problemas que eso provoca. A la marginalidad en barrios de latón se suma el crecimiento desordenado y vertiginoso, donde las reglas llegan después de los hechos. Pero se intentan cambiar las cosas.

El clima del film «Un día de furia» se recrea en las horas picos en avenidas y calles de Rosario.

Cada mes más de 2 mil autos «cero kilometro» se suman a la jauría de vehículos que colapsan avenidas y calles. Son 400 mil autos que junto a 200 mil motocicletas compiten por llegar primero.  En 1996 ese número de autos era menos de la mitad: 164.000. Hace 15 años existían casi las mismas calles que hoy, el mismo espacio para estacionar, pero con un 60% menos de vehículos comparado con el presente. Por eso no es de extrañar que el debate político y público pase por dotar a la ciudad de nuevos espacios para aparcar vehículos, de optimizar el transporte público y de crear alternativas para desplazarse. Una de ellas es la bicicleta.

Otros tiempos. Nuevos tiempos.

La zona de la la estación Ludueña, Rosario, en 1971. Sobre esos terrenos transitiba en mi bicicleta en la década del 70 con mi hermano, en caminos que antaño recorrian als bicicletas de los obreros. Foto de Jorge Luis Dimarco (http://www.panoramio.com/photo/53016332)

Hace muchas décadas la bici era el vehículo adoptado por miles de obreros. Sus andar generaba sendas en los descampados que mostraban el camino a los talleres. Mis tios que trabajaban en el ferrocarril tenian sus bicicletas y en todas las casas había una. En la festividad del 6 de enero, Reyes, era el regalo elegido para los más chicos.entre los terrenos y las vias del ferrocarril. Malezas y cardos se abrian para dar paso a bicicletas, que en fila, se dirigian a los trabajos cuando el sol recién asomaba. Hoy ya no existen y los obreros elijen en su mayoría una motocicleta de baja cilindrada para hacer lo mismo de siempre, ir buscar el salario que les da de vivir.En esos años no existían las computadoras, ni  internet, ni los celulares, ni la “play”, ni tantos canales de televisión. Las calles eran mas seguras y la gente vivia más en casas que en departamentos, asi que los más chicos querian andar en bici por las veredas. Y lo hacían a  la vista del barrio que los vió nacer, mientras las sillas poblaban las puertas de las casa con vecinos alborotados en el diálogo y la contemplación de las tardes calurosas. El ciclismo como deporte estaba en su auge y recuerdo un club que todavía existe “Velocidad y Resistencia”.

En esos tiempos lejanos había bicicleterias y bicicleteros en todos los barrios. Todavía en el mío voy a comprar a Suárez, de Eva Perón al 4400, la misma bicicletería de mi niñez, pero también de mis padres y tíos.  Perduran pocos del pasado, pero hay un renovado mercado que renace en una ciudad que supo ser importante fabricante de bicicletas y que intenta recuperar esa industria.

Frente al palacio de los Tribunales Federales de Rosario, donde se juzgó a los genocidas de la última dictadura militar, se levanta como símbolo la bicicleta de Pocho Lapratti, asesinado el 19 de diciembre de 2001, en medio de la represión policial, en plena democracia. La bicicleta es su símbolo.

En los últimos años la bicicleta se transformó en un símbolo a través de la obra de Fernando Traverso que gira en torno a bicicletas estampadas en paredes que rememoran a los desaparecidos de la dictadura pero que se enlazaron a la muerte del dirigente social   Pocho Lepratti en manos de la policía, en plena democracia. 350 graffitis de bicicletas se estampan en distintas paredes de la ciudad y son un símbolo que inspiró canciones y poesías. Es asi como este vehículo fantástico tiene en Rosario un significado social, desde el arte urbano.Mas recientemente un estudiante de Ingeniería Industrial de la Universidad Nacional de Rosario, Nicolás Masuelli, captó la atención del país al haber fabricado una bicicleta de caña de bambú, abolutamente natural y ecologíca. Ese desarrollo local llegó a Estados Unidos y Europa. 

Nacen las «bicisendas».

Señalizadas y todavía poco utilizadas, las bicisendas se extienden por Rosario.

44,5 km de senderos exclusivos para bicicletas fueron habilitados por el municipio de Rosario en los últimos años. Todavía no tiene el tránsito intenso de ciclistas, pero abren un interrogante sobre el futuro, porque en una ciudad colapsada por los vehículos a motor, son la via de transporte que mejor respetan al medio ambiente y a la salud. Quizás sea una de las ciudades del mundo con mayores caminos exclusivos para bicicletas, pero todavía falta que la conciencia ciudadana les ceda su aceptación masiva.Medidas adoptadas en función de darle mayor equilibrio a las calles, como carriles exclusivos para el transporte público, las «bicisendas» y el reordenamiento del estacionamiento de vehículos, enfrentan intereses particulares. Me consta el efecto nocivo sobre las ventas a comercios a partir de algunas medidas, pero no puedo dejar de aceptar que esos cambios responden al desborde actual y a la necesidad de diseñar una nueva ciudad para el futuro. 

Carteles como éste del Parque Scalabrini Ortiz advierten a los automovilistas la presencia de bicicletas. No siempre son observados.

Quizás no todo lo que se hace es suficiente, pero asoma un profundo cambio que relocaliza puntos comerciales, centros administrativos y lugares de esparcimiento y diversión. El mosaico de Rosario se acomoda e incomoda a algunos, pero pese a todo, esas «bisicendas», mucho mas baratas que una autopista, nos permiten apreciar el complejo urbanístico que hemos creado.Queda mucho por recorrer. Faltan funcionarios públicos que dejen sus autos en sus casas y vayan a sus despachos en bicicleta, lugares para estacionar estos vehículos livianos, escuelas que fomenten el uso de ellas para que los alumnos concurran a sus clases en sus «bicis» dejando de lado la comodidad del tranporte escolar o la que ofrecen sus padres colapsando las calles. Pero para ello debe existir un mayor control del estado municipal para evitar que este transporte tan vital sea víctima de accidentes que pongan en duda su efectividad.

Porque el desarrollo de la comunidad no lo hacen sus vehículos a motor, ni las grandes avenidas, sino el criterio práctico de lo que es mas beneficioso para todos. En un mundo que se hace añicos por la fiebre del consumo y del dinero, una bicicleta representa la vuelta a lo natural, al equilibrio y a la vida sana. 

Claudio Scabuzzo

La Terminal 

 

Fuentes consultadas: 
http://www.diariocruzdelsur.com.ar/noticia/noticia/id/1571
http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?p=73478475
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/9-27058-2011-01-19.html
http://www.macromuseo.org.ar/coleccion/artista/t/traverso_fernando.html
http://www.lanacion.com.ar/1245277-los-bambucicleteros
http://www.elciudadanoweb.com/?p=309706
http://www.rosario.gov.ar/sitio/noticias/buscar.do?accion=verNoticia&id=22325#salud

5 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Ale dice:

    Yo tengo auto y voy en bici al trabajo, (12 km diarios), es lo mejor que hay, llego a tiempo, me distiendo y hago ejercicio. A futuro es la solución. Saludos

    Me gusta

  2. Hugo Portobelo dice:

    La mala onda de la bajada del título es evidente «He notado que la crisis económica que esta rondando la atmósfera argentina…» y después en el mismo artículo habla de 2000 autos Okm que se suman cada mes al parque automotor. ¡Hay una crisis bárbara con un montón de gente sale a comprar autos cero kilómetro…!!! Andá, mala noche…!!!, te diría Carlitos Balá

    Me gusta

    1. Claudio Scabuzzo dice:

      No voy a debatir lo evidente. Siempre se vendieron autos 0km. en tiempos de crisis y de inflación descontrolada. Lamento herir su fanatismo.

      Me gusta

  3. Hanzen dice:

    Muy buen artículo, a mí no me gustan los autos, así que siempre fui de los que pedalea o patea nomás (y toma colectivo cuando llueve mucho) jejeje

    Me gusta

Deja un comentario y participa del debate....

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.